Entre los años 1710 y 1714 hubo varias invasiones de indios, que mataban, destruían, quemaban y hacían grandes estragos sobre las poblaciones de los partidos de Areco y Arrecifes. A consecuencia de ello los pobladores de Areco hicieron la promesa a San Antonio de Padua de construir una capilla en su honor si se veían libres de los malones que los azotaban. Como eso aconteció durante varios años, don José Ruiz de Arellano fundó el primer oratorio en el casco de su estancia.
El oratorio funcionaba en una de las habitaciones donde los feligreses veneraban la imagen de San Antonio de Padua. En otro de los cuartos vivía el capellán don Roque Ximenes. Tanto él como el oratorio eran sustentados económicamente por el dueño de la estancia.
La fundación de este oratorio fue la piedra fundamental de la creación de nuestro pueblo.
Pasaron los años y entre 1720 y 1728 se construyó la primera capilla. Ésta estaba emplazada en el mismo lugar que la actual, con igual frente, pero ubicada más a la derecha mirándola desde la Plaza. Sus paredes estaban construidas con adobe crudo; su techo era de tejas, con tres puertas de dos batientes y una ventana. La torre fue construida hacia 1759.
El 23 de octubre de 1730, que crearon los seis primeros curatos de campaña, entre los que se encontraba el del Pago de Areco. En consecuencia, la capilla pasa a ser parroquia. Esa fecha es tomada como el día de la fundación del pueblo.
En 1782 se edificó la segunda iglesia, que se levantó inmediatamente a la derecha de la actual. Ese era el lugar antiguo que mencionan los documentos. En esta iglesia se ofició misa hasta 1779, fecha en que mandó a demoler por orden del Obispo de Buenos Aires Fray Sebastián Malbrán Pinto, para construir una nueva.
El nuevo edificio fue habilitado en 1792. Los festejos de inauguración duraron tres días. El nuevo templo tenía el doble del tamaño del anterior, con techo de ripia a dos aguas y cabriada de madera del Paraguay. El piso era de gruesas baldosas fabricadas en el pueblo y su frente no tenía campanario. Funcionó hasta 1868, año en que fue demolida por la misma causa que la anterior, dejándose la sacristía para oficiar misa mientras se construía la tercera y actual iglesia.